Reino Nazarí de Granda II: Crisis interna y apogeo
La continuidad del Estado nazarí se hizo posible gracias a dos factores: el vasallaje que mantuvo con Castilla, a la que seguía pagando unas parias anuales, y su localización geográfica, en la que Sierra Nevada ejercía como muralla natural de la capital. Asimismo, Granada se convirtió en un referente cultural y en un importante enclave comercial del Mediterráneo, con intercambios entre la Europa medieval y el Magreb de tejidos de seda, cueros, armas y todo tipo de joyas. La agricultura no solo obtenía buenos resultados, sino que además resultaba muy rentable gracias a las condiciones del medio físico y también a los métodos de cultivo como el regadío, a través de aljibes, canales y acequias.
Sin embargo, la buena coyuntura
económica en la que parecía sumirse Granada no impidió que Muhammad III
muriera asesinado en 1309 y se diera comienzo a un período en el que las
traiciones, las conjuras, conspiraciones y asesinatos
se convirtieron en costumbres a seguir entre las grandes familias del
Reino Nazarí. Esta etapa, con los gobiernos de Nasr (1309 – 1314),
Ismail I (1314 – 1325) y Muhammad IV (1325 – 1333), supuso una inflexión
en la historia de Granada, de la que se recuperaría durante el siglo
XIV, el tiempo de su máximo esplendor, con sultanes como Yusuf I (1333 –
1354) y Muhammad V (en dos períodos: 1354 – 1359 y 1362 – 1391).
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Publicado en la revista científica Anthropologies el 15 de octubre de 2018.
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